LA IMPORTANCIA DEL FACTOR HUMANO El juego del slot. Imaginación versus tecnología.

Algunos podrán acusarme de poner el foco en un producto, en una iniciativa, pero después de valorarlo y de escuchar diversas voces importantes de este sector, he considerado oportuno seguir adelante con la idea que me vino a la cabeza nada más conocer el proyecto. Imaginación en contra la tecnología. Retorno a los orígenes versus complejidades Plug and Play. Juego en su concepto de participación, diversión, competitividad y azar versus juego al compás de un programario informático.

Si, todo esto viene a coalición al nuevo producto comercializado por Mitoos, los neumáticos climáticos, que podría considerarse como un golpe de puño sobre la mesa. Un ¡recuperemos el concepto de juego! Pero además no sólo en casa, sino también a nivel de aficionado de club, de competición. Un simple y olvidado Dado, un poco de imaginación y el juego alrededor del mundo del slot vuelve a aflorar.

No seremos nosotros los que reneguemos de la evolución del slot, de la aportación tecnológica de los últimos años, de la digitalización, de la captación de datos, del control informático, de la bi-direccionalidad, de las aplicaciones… Somos conscientes que el slot sucumbió a los imparables juegos Plug and Play de los videojuegos, y actualmente de las innumerables aplicaciones para cualquier tipo de soporte. Y buscó, razonablemente, acercar un juego tradicional a estas nuevas tendencias. Y sigue buscando aunque siempre a remolque de las grandes potencias de los juegos interactivos.
Pero probablemente en todo ese esfuerzo se dejó de lado la capacidad del propio usuario para gestionar su propia diversión, su manera de entender un juego.

En las últimas aplicaciones para slot podemos encontrar excelentes opciones de juego, desde repostajes, controles de potencia, cambio de neumáticos, adelantamientos, organización y gestión de carreras, e incluso coches que se aprenden solos su comportamiento en pista. Tiene que intervenir el jugador, pero prácticamente todo es virtual, convirtiendo casi al piloto de slot en un mero espectador de las evoluciones de su coche sobre la pista. Recuerdo las crudas polémicas cuando salieron los primeros mandos electrónicos digitales, que permitían modificar inalámbricamente las curvas de potencia y los diferentes parámetros desde un ordenador situado en los boxes, para adaptar el pilotaje a las condiciones de la pista. Esa bi direccionalidad coincidió incluso con la misma polémica que se suscitó en la F1. El slot vivía de la tecnología, crecía con ella y evolucionaba, pero no era para la base, para el juego doméstico, el juego entre amigos, la cantera de jóvenes aficionados que tienen que alimentar el slot-hobby del futuro.

Hoy un simple Dado, un juego de más de 5000 años de historia, quiere rescatar para el slot la participación directa del factor humano.

Es curioso, dos conceptos muy vinculados a la vida cotidiana, el azar y la meteorología, dos conceptos sin royalties, dos aspectos que no puede controlar el ser humano, unidos para recuperar la ilusión por un juego. No puedo ni quiero especular sobre la aceptación de la propuesta. Es probable que los que generacionalmente venimos del slot más básico, aquellos que soñábamos y disfrutábamos con un simple 8, veamos en esta nueva opción de juego, aquella inflexión necesaria para que las generaciones abducidas por las pequeñas pantallas levanten la cabeza y descubran que el slot ofrece una diversión y entretenimiento en la que el factor humano tiene su importancia. Un paso adelante para que el juego del slot siga vivo.